Cinco años de matanza y desesperación

Cinco años después de que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos derrocaran a Sadam Husein, Irak sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo en lo que se refiere a los derechos humanos, según ha manifestado Amnistía Internacional .

En un nuevo informe titulado Matanzas y desesperación, la organización describe el devastador impacto –con más de cuatro millones de personas desplazadas de sus hogares– que han tenido los ataques y homicidios sectarios perpetrados por grupos armados, la tortura y los malos tratos infligidos por las fuerzas gubernamentales iraquíes, y la prolongada detención de miles de sospechosos a manos de fuerzas estadounidenses e iraquíes. Muchos de los detenidos permanecen recluidos sin cargos ni juicio, algunos de ellos durante años.


Se han dedicado millones de dólares a la seguridad pero, a día de hoy, dos de cada tres iraquíes siguen sin tener acceso a agua potable, y casi un tercio de la población –es decir, unos ocho millones de personas– necesita ayuda de emergencia para sobrevivir.

“El gobierno de Sadam Husein era sinónimo de abusos contra los derechos humanos –ha manifestado Malcolm Smart, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional–, pero su sustitución no ha proporcionado en absoluto un respiro a la población iraquí.”

Miles de personas han muerto o han quedado mutiladas, y comunidades que antes vivían en relativa armonía se han visto arrojadas a un conflicto declarado. La población civil es la que ha soportado la mayor parte de la carga.

Las condiciones de muchas mujeres, ahora en peligro a causa del integrismo religioso, se han deteriorado respecto a la época de Sadam Husein.

www.es.amnesty.org


"La seducción por la muerte se ha instalado en la sociedad iraquí después de tres décadas de violencia. Una gran parte de la población no sabe lo que es un país sin guerras o sin sus penurias.

Es difícil toparse con un iraquí al que no se le haya cruzado la muerte.
Puede tener un familiar muerto en la guerra contra los iraníes de los ochenta.
O ser pariente cercano de un desaparecido por designio de los salvajes guardianes de la seguridad impuesta por el ya olvidado Sadam Husein.
Puede que la muerte le alcanzase en forma de un misil teledirigido desde un barco estadounidense en la guerra de 1991 o se le apareciese como enfermedad provocada por el desabastecimiento provocado durante el embargo de los noventa.
O finalmente acabase postrado ante ella en la invasión del 2003 o en la carnicería que se ha producido en las diferentes fases del último quinquenio, incluida una atroz guerra sectaria.
Aquí ya se habla de muertos con la facilidad que da la costumbre."


Más: Primera carta de Gervasio:
"En Iraq se habla de muertos con la facilidad que da la costumbre".

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