EL ALCALDE Y EL POETA: DOS ROSAS NEGRAS.

Mire Sr. Montoya, hace solo unos meses, muchos vecinos sin pertenecer a ULEG, apoyamos una moción de este partido político en la cual solicitaba una auditoria sobre el EMSULE, ustedes el equipo de gobierno pusieron el grito en el cielo y nosotros ante la negativa de ustedes pusimos con la palabra escrita y dicha por las calles leganenses el grito en el universo.

Mire usted Sr. Montoya, si leemos a SUETONIO en el libro “Vida de los doce césares” nos asombramos de cómo en el año 39 de nuestra era, es decir, 6 años después de crucificar a Jesús de Nazaret, Caligula, del que se dijo que tenía relaciones incestuosas con sus hermanas, y que posiblemente era un demente, y que también dicen los historiadores de la época que sufría de epilepsia, figúrese un hombre tan sanguinario y dado a todos los vicios existentes en la Roma imperial del primer siglo de nuestra era.

¿Sabe Sr. Montoya que hizo Caligula?
Pues, algo tan simple como “hacer públicas las cuentas- no de su EMSULE- hizo las del todo el imperio romano, también el césar Augusto lo hizo, por el contrario Tiberio, usted sabe mejor que yo por ser más ilustrado que, se retiró a Capri y allí como algunos políticos de la actualidad del PS y del PP se bañó en el lujo, sin mostrar ni siquiera una ampliación posterior al Foro Romano, hoy existente aún algunos de sus vestigios.

En definitiva usted y yo, y muchas sensibilidades de la izquierda de Leganés cada día somos más divergentes, a pesar de que este poeta amateur sea una rosa negra en el jardín leganense, -como dicen mis coplas- usted representa a la ciudad, yo solamente a mi conciencia, y eso mismo es, lo que me hace ver las calles de Leganés desde su propio asfalto y no desde una atalaya consistorial.

Por ello lo peor que puede tener un político, no es una oposición paralítica y sin rumbo como la del PP, lo peor de un político es verse en coplas, y aquí tiene la mía, una más, de las 208 que le dedicaré en cuatro años si usted no cambia el rumbo de la nave socialista:

Un poeta criticón,
un alcalde sin ideas,
dos rosas divergentes…
y las dos igual de negras.
Usted representa al pueblo,
el poeta a su conciencia.
¿A dónde vamos Montoya
cuando el butarque bosteza?

Tú a contar mil esculturas,
yo, a escribir cuánto nos cuestan,
y así alborean tus días
cuando gobiernas a ciegas.
Las calles donde yo escribo
que por siempre lagrimean
con su llanto de silencios
que a tu despacho no llegan.

Leganés, 16 de julio de 2008 JOSMAN