La Justicia investiga el CIE de Valencia y exige cambios en el de Madrid

Un juzgado de Madrid exige que se retiren las mamparas de cristal que hay en la sala de visitas del CIE de Aluche y se facilite la entrada a las ONG



"No tienen, ni pueden tener, carácter o régimen penitenciario", dice el juez


En Valencia, un juez investiga las denuncias de "palizas, malos tratos y castigos colectivos indiscriminados" de los internos del CIE

 
 
 
En la sala de visitas del Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche, en Madrid, hay mamparas de cristal en cada una de las mesas en las que se sientan los internos con sus familiares. Al llegar las visitas, los cristales bajan para que puedan saludarse. Después, vuelven a subir y las conversaciones se desarrollan a través de un teléfono. Las organizaciones sociales han denunciado, en muchas ocasiones, el “régimen carcelario” en el que viven los inmigrantes, personas que son recluidas en los CIE antes de ser deportados por no tener papeles pero que no han cometido ningún delito.





Por primera vez, la Justicia les da la razón.
Un juez de Madrid, encargado del control del CIE de Aluche, ha exigido mediante un auto judicial a la dirección del centro que la comunicación entre los internos y los familiares o miembros de las ONG sea directa” y no mediante el uso de aparatos tipo telefónicos”. El magistrado reconoce que con el sistema actual, “se somete a una especie de régimen generalizado de sospecha al visitante y al interno, como si la visita fuera un hecho susceptible de peligrosidad”.

Además, recuerda que estas visitas son siempre controladas por policías y los familiares y los miembros de las ONG son escrupulosamente registrados en la entrada. “Los CIE no tienen, ni pueden tener, carácter o régimen penitenciario“, dice.



Uno de los principales puntos que recoge este escrito es el que se refiere a las visitas de las ONG. Hasta ahora, los miembros de las organizaciones que asesoran los inmigrantes han tenido que realizar las visitas en las mismas horas que lo hacían los familiares, por las tardes, pudiendo reunirse únicamente con un interno cada día y guardando las interminables colas que se forman diariamente a las puertas del CIE.

 Con este sistema, “se dificulta, y en muchos casos imposibilita, la efectividad del derecho de los internos a ser visitados por miembros o asistentes de ONG”. Un derecho que ya les reconoce la ley de Extranjería, aprobada en diciembre de 2009, pero que no se cumple porque todavía no se ha elaborado el reglamento de los CIE, que regulará su funcionamiento y que debería haber estado listo antes de julio de 2010. El juez pide a la dirección del CIE que, de aquí en adelante, les otorgue un régimen de visitas como el de los abogados. “Que (las ONG) puedan visitar y comunicar con los internos tanto en horario de mañanas como en horario de tardes“ y que las visitas no duren 20 minutos sino el tiempo que necesiten.


 Para organizaciones como Sos Racismo Madrid, Ferrocarril Clandestino y Pueblos Unidos, que llevan meses reclamando eso, es un “paso adelante” y esperan que “se extienda a todos los CIE de España”.






La situación que viven en Madrid es parecida a la de otros CIE de España, en los que tampoco tienen permiso para entrar las organizaciones, como el CIE de Zapadores, en Valencia. Allí las visitas se realizan a través de una mampara de cristal con unos cuantos agujeros a los que tienen que acercarse para hablar los internos y sus familiares. “Hay cinco cabinas donde se escucha perfectamente lo que hablan los de al lado. No hay ningún tipo de privacidad y no les permiten mantener ningún tipo de contacto con quien les visita. Contacto cero, los tratan peor que si estuvieran en una cárcel”, cuenta Xavier Torregrosa de la Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros.


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http://periodismohumano.com/migracion/la-justicia-investiga-el-cie-de-valencia-y-exige-cambios-en-el-de-madrid.html

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